La historia de Be My Guest se remonta a nueve años atrás, cuando una amiga de la infancia de nuestra fundadora la visitó en México. Inspiradas por la alegría de reencontrarse y la hospitalidad mexicana, ella y su amiga decidieron crear una marca que reflejara la calidez y el amor por recibir a los invitados. Con habilidades complementarias en costura y diseño de interiores, dieron vida al primer producto de Be My Guest: fundas para platos base, un producto versátil con sello multicultural que fue introducido por primera vez en México.

Desde temprana edad, Sabrine se sintió atraída por el mundo de la moda y las telas, influenciada por las enseñanzas de su abuela y su madre. Aunque inicialmente siguió un camino profesional diferente, su pasión por el diseño finalmente la llevó a seguir sus sueños y embarcarse en esta emocionante aventura.

El camino hacia el éxito no estuvo exento de desafíos. La primera incursión de Sabrine en el mundo de los bazares fue un aprendizaje lleno de retos, pero su determinación y perseverancia nunca flaquearon. A lo largo de siete años, consolidó vínculos con clientes que se convirtieron en fieles seguidores de la marca, demostrando que el esfuerzo y la dedicación son ingredientes esenciales para el crecimiento de su emprendimiento.

La llegada de la pandemia supuso un nuevo desafío, pero también una oportunidad para la innovación. Sabrine adaptó su negocio al entorno digital, ampliando así su alcance y llegando a una nueva audiencia. Y cuando las circunstancias lo permitieron, dio el paso audaz de abrir su propia Boutique física, un espacio que encapsula la esencia y el encanto de Be My Guest.

La apertura de la boutique marcó un hito en este viaje empresarial, destacando las habilidades para convertir desafíos en oportunidades y su compromiso con la excelencia. Así, Be My Guest floreció en México, formando una celebración de la diversidad cultural y el amor por crear momentos inolvidables en torno a la mesa.